La función conativa se centra en el receptor y se distingue en aquellas situaciones comunicativas que tienen como finalidad apelar directamente a él, dando órdenes, solicitando, preguntando o intentando persuadir a actuar de determinada forma. En síntesis, tratando de dirigir su conducta.
- Dime la hora, por favor.
- ¿Vamos al cine?
- Indicame el valor de la UF para el día de hoy.
Algunas expresiones gramaticales propias de la función conativa son el vocativo, el imperativo y la modalidad interrogativa. En el lenguaje icónico: las flechas y los letreros de prohibición. Algunos textos apelativos son las leyes, los manuales de instrucción y las guías prácticas de estudio, así como los discursos publicitario y político.