La lengua es el sistema de signos que usamos como código para comunicarnos y como “plantilla” de configuración de la realidad. La lengua es un “órgano” que se desarrolla en...
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Lengua o sistema
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Lengua o sistema

La lengua es el sistema de signos que usamos como código para comunicarnos y como “plantilla” de configuración de la realidad. La lengua es un “órgano” que se desarrolla en el recién nacido y que ya ha alcanzado su total madurez alrededor de los 3 ó 4 años, mediante un desarrollo cognitivo y la adquisición de uno o más idiomas.

a) La lengua es un “órgano” con localización anatómica.

Desde el siglo XIX se sabe que la capacidad de manejar el código verbal está asentada en algunos lugares precisos del cerebro. El lenguaje se localiza en el hemisferio izquierdo del cerebro (en las personas diestras), que es el que controla la motricidad fina y la actividad lógica (análisis, números, lenguaje). Como se verá más adelante, esto no implica que el hemisferio derecho (intuición, relaciones espaciales, interpretación afectiva) no participe en la actividad lingüística.

La habilidad de elaborar mensajes verbales se ubica en el “Área de Broca”, sección del cerebro localizada en la tercera circunvolución frontal izquierda. La capacidad de entender lenguaje verbal se encuentra en la primera circunvolución temporal izquierda, llamada “Área de Wernicke”.

b) La lengua es un conjunto de conocimientos.

Adquirir el idioma implica 3 aprendizajes:

  • Conocer el conjunto de sonidos y cómo se combinan para construir significantes (conocimiento fonético y fonológico).
  • Conocer el conjunto de los signos (significantes y significados) que haga referencia a la realidad (conocimiento léxico y semántico).
  • Conocer tanto las reglas que permiten combinar signos entre sí como las que posibilitan formar nuevos signos (conocimiento sintáctico y morfológico).

Tradicionalmente, se ha restringido la gramática a la morfología y la sintaxis, sin embargo, el conocimiento gramatical es lo fono-fonológico, lo léxico-semántico y lo morfo – sintáctico. Estos aprendizajes serán fundamentales tanto para comunicarnos como para, sobre todo, elaborar una representación mental de lo que es la realidad objetiva. Por supuesto, el aprendizaje de la lengua continúa durante toda la vida.

c) Hay una relación fundamental entre lengua y pensamiento.

El pensamiento es el modo humano de captación de la realidad. La mente posee los objetos externos por medio de “conceptos”. La percepción de árboles ha construido en mi mente un “concepto de árbol” que se aplica a todos los objetos que coinciden con él.

Una corriente filosófica (defendida por Humboldt, Marx, y Saussure, entre otros) postula que no hay pensamiento posible sin lenguaje verbal, ni lenguaje sin pensamiento. Desde esta perspectiva, se asimilan e igualan el concepto mental con el significado del signo lingüístico. Vale decir, el hombre que no tiene lenguaje tampoco tiene pensamiento.

d) La lengua es una realidad social, culturalmente definida.

Constituye la manera como cada grupo cultural hace propia la comprensión lingüística y enfatiza aspectos de la realidad que les son significativos. Se dice que en la lengua quechua hay más de cien palabras para referirse a la papa. Este tubérculo es un sustento importante para ese grupo cultural, por tanto, en su lengua el significado de esta palabra debe ser muy preciso y aplicado a múltiples aspectos de su vida cotidiana.

e) La lengua es un conjunto de reglas abstractas que todos sus hablantes comparten.

Por ejemplo, en castellano tenemos la regla, implícitamente aprendida, de que el sustantivo va antes que el adjetivo. En cambio, en inglés el orden normal es al revés, es decir, el adjetivo va antes que el sustantivo. Si tenemos que aprender inglés, deberemos aprender esa regla de la lengua inglesa lo que para sus hablantes nativos es perfectamente natural.

  • La casa de mi tía es muy amplia y hermosa
    sustantivo                     adjetivo  adjetivo

Aunque alguien sea muy ignorante respecto de la gramática de la lengua española, si es hablante de español, nunca se va a equivocar en el orden correcto. Ningún hablante de castellano ordenaría la oración anterior de otra forma, por ejemplo “Hermosa casa la es muy amplia de mi tía”.

Sin embargo, hay que tener en cuenta que las reglas gramaticales obedecen a procedimientos que escapan a la lógica corriente. ¿Por qué? En primer lugar, porque las reglas se pueden violar: en español puedo, sin problemas, poner el adjetivo antes que el sustantivo, como en el inglés (es anormal, pero posible: “me compré un rojo vestido”). Y, en segundo lugar, porque las reglas gramaticales no son reglas lógicas: “no me dijo nada”, “queda bastante poco”, “el ocio es la madre de todos los vicios” o “esa niña es una flor”.